Aristócratas, el rey Carlos III—que padeció los rigores de Gordonstoun, como dormir con las ventanas abiertas en invierno— y espías —Ian Fleming, John le Carré— han pasado por instituciones que, según W. H. Auden, alumno y profesor de una de ellas, proporcionan “una comprensión instintiva de lo que sería vivir bajo el fascismo”. “Si los niños que crecen en centros de acogida acaban en la cárcel, los que van a internados de élite acaban gobernando Gran Bretaña", denuncia por su parte el tío del príncipe de Gales.
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