Estas planicies estériles, de arena y piedra siempre han conocido los tiempos de austeridad: cuando los ríos se secan y las vacas mueren día tras día, hasta que los huesos quedan desperdigados debajo de las acacias. Sin embargo, después de la austeridad siempre vienen tiempos de normalidad, cuando llueve suficiente como para recuperar los rebaños, pagar las deudas, dar leche a los niños y comer carne algunas veces por semana. No obstante, son tiempos de cambio. Según las mediciones, el norte de Kenia.
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