Sabemos que la ganadería, que ocupa directa o indirectamente (agricultura para alimentar ganado), ya casi un tercio de la superficie productiva del planeta, es una enorme fuente de cambio climático. Y una buena parte de esa producción ganadera se destina en el mundo rico a alimentar a animales de compañía. Del 25 al 30% del impacto ambiental del consumo de carne en Estados Unidos se debe a esas bocas no humanas nutridas con productos de origen animal
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