Sólo hay una cosa peor que estar obligado a marcharse: tener que volver sin nada. Asumido ese día, facturar en un aeropuerto la decepción de haber fracasado también en el exilio es un sobrecoste demasiado caro... Se hace difícil imaginar que a Celia Villalobos se le colara este corto por su iPad en un descuido de su partida al Candy Crush.
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