David era el mejor amigo de mi hijo José, inseparables desde los 15 años. Pero tuvo la mala suerte de ser él quien conducía el coche en el que mi hijo perdió la vida por un accidente de tráfico hace ya cuatro años y medio. David fue condenado a dos años y medio de prisión por homicidio imprudente, y el mes pasado ordenaron su ingreso en prisión. Pero nosotros sabemos el tormento que está sufriendo David, siempre le vemos triste. Aquel accidente nos tiene la vida consumida.
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