El pasado verano fueron denunciados por un vecino debido a los ruidos procedentes de una de sus cuadras, una xatina cuya madre había muerto y fue destetada repentinamente. En diciembre, técnicos del ayuntamiento hicieron una comprobación de decibelios y el martes les llegó la denuncia a su domicilio: supera los 55 decibelios permitidos en la ordenanza municipal, llegando a 74. La familia señala que llevan trabajando con animales más de 40 años en la misma zona sin ningún problema hasta la denuncia de un vecino que fue a vivir allí recientemente
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