«Para que los animales sean más dóciles les suministran heroína a partir de las frutas con las que son alimentados, volviendo adictos a los elefantes. Nos dimos cuenta porque algunos de los ejemplares que llegaban a nuestro centro se mostraban muy ansiosos y agresivos. Siempre que rescatamos a uno de las garras de las tríadas le sometemos a una test. En los últimos nueve años, cuatro elefantes han dado positivo en esta sustancia. Pero tras un año de rehabilitación con metadona podemos decir que se curan» explica uno de los cuidadores.