Qué fácil y cómodo era, hasta ahora, dejar a los niños en la guardería y escaparse luego a pillar un par de gramos de cocaína o unas papelas de MDMA. Y es que Abdeslam, un marroquí de 46 años, había montado un auténtico supermercado de la droga en su casa de Cardedeu (Barcelona), a escasos 50 metros de la guardería Can Serra. Ni siquiera hacía falta entrar en el piso. Dejabas el dinero por debajo de la puerta y Abdeslam te lanzaba la mercancía por el balcón. Un auténtico narco-self service.
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