Escribir es la única forma de hablar sin que te intimiden. Eso pensé, variando a Jules Renard (“Escribir es la única forma de hablar sin que te interrumpan”, Diarios), después de cometer uno de mis errores periódicos: hablar con la gente. No hay que hablar con la gente. No hay que mantener conversaciones sobre temas importantes, y no hay que mantener tampoco conversaciones sobre temas banales, con “la gente”. La gente que no ha dedicado ni un minuto a pensar en algo es la que tiene más clara su opinión sobre ello. Por eso no puedes, no ya...
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