Algunos de los barrios con más solera de Bangkok, que en Europa se habrían aburguesado hace décadas, expulsando a sus vecinos, siguen adormilados, con sus propietarios o inquilinos de toda la vida. Alí los extranjeros pueden alquilar, pero no comprar. Y los turistas pueden pernoctar en hoteles, pero no en pisos para turistas mercadeados por latifundistas digitales sin una sola oficina o empleado en el país. Pero la decisión más radical fue cerrar Maya a cal y canto durante los meses del monzón –en verano– para que la regeneración del fondo mar
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