Las altas temperaturas dificultan el trabajo en los centros, donde se están produciendo golpes de calor y lipotimias en niños y niñas, según los sindicatos. Un real decreto no permite superar los 27 grados en los lugares de trabajo, un límite sobrepasado en las aulas pese a que los menores son población de riesgo, como recoge un protocolo de sanidad. "A nadie se le ocurre un hospital sin aire o una oficina de correos o un juzgado", dice una profesora de Madrid, que se ha llevado el ventilador a clase.
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