Cerca de un colegio, sobre un banco, una mujer de más de 50 años encontró hace un par de meses una caja abandonada con varias bolsas de gominola sin abrir en su interior. Cogió varias, para sus nietos, pero antes de entregárselas decidió comió un par. En ese momento no sabía que contenían ingredientes no autorizados derivados del cannabis. Los síntomas no se hicieron esperar: taquicardias, enrojecimiento de los ojos, somnolencia, descoordinación de movimientos... Fue de inmediato a Urgencias, donde fue ingresada.
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etiquetas: cannabis , adolescentes , gominolas
Perfecto ejemplo de despilfarro de dinero público.
Probar cualquier cosa encontrado en la calle aunque sea con el envoltorio puesto es de ser muy idiotas. Que lo haga un niño pequeño, puede ser normal; un mayor, es de ser tonto.
No suena a muy buena idea.
Luego, quizá, estarían más informados, pero tarde, como suele pasar con el que aprende en carne propia.