El 3 de diciembre, siete ex-trabajadoras de la perfumería Primor irán a juicio contra la empresa por haber sido despedidas. El 14 de marzo, constituyeron una sección sindical y en cuanto cerró el local, todas recibieron en su móvil un mensaje que comunicaba el cese del contrato. Esta denuncia se encuadra en una dinámica de prácticas dudosas basada en tener múltiples sociedades en las que se trocea el negocio, algo que la inspección de trabajo de Málaga reconoció en junio del año pasado como de "actuaciones fraudulentas".
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