Hasan traga saliva cuando se le pregunta sobre cómo es ser un periodista en la ciudad de Alepo (Siria). Es uno de los lugares más terribles en la guerra de este país, en un combate de varios frentes que se ha cobrado ya al menos 220.000 vidas. La única razón por la que el mundo contempla la destrucción de Siria es porque periodistas locales como Hasan demuestran todos los días su capacidad para ser pequeños héroes anónimos en medio de la tragedia y del espanto.
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