Me piden que evalúe la experiencia, lo que impulsa nuestra hiperactiva economía de servicios. El actual tsunami de encuestas nos ha convertido a todos en analistas de optimización para empresas multimillonarias. Ya es bastante molesto que yo proporcione mano de obra gratuita para ayudar a una empresa a mejorar la cotización de sus acciones o a "evaluar" a un empleado mal pagado, con exceso de trabajo y no sindicado. Pero empiezo a sospechar que tampoco es ético.
|
etiquetas: consumo , clientes , empresas , trabajo , opinión