A finales de marzo, Cummings viajó desde Londres a la granja de sus padres, en Durham, al noreste de Inglaterra, desoyendo las órdenes impuestas por el propio Gobierno a los británicos. Un trayecto de 425 kilómetros en coche con su mujer y su hijo pequeño, que la policía está investigando. Tanto el asesor como su esposa tenían en aquel momento síntomas de estar contagiados.
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