Las plataformas de contenido en línea y las redes sociales han hecho que la música ya no pueda ser controlada por los guardianes culturales de Rusia, lo que ha impulsado el surgimiento de una nueva generación de artistas. El Kremlin parece preocupado. En 2018, decenas de conciertos fueron cancelados y, en noviembre, el rapero Husky —también conocido como Dmitri Kuznetsov— fue detenido por la policía en la ciudad de Krasnodar tras intentar ofrecer una presentación improvisada arriba de un auto después de que cancelaran un concierto que iba a dar
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