De nuevo, el foco vírico en Corea del Sur vuelve a situarse en una iglesia. Si el primer gran brote saltó en febrero en una secta cristiana en la ciudad de Daegu, ahora todas las miradas están puestas en un templo de Seúl de la Iglesia del Amor Máximo, cuyos seguidores llevan los últimos dos fines de semana saliendo a las calles de la capital para protestar contra el Gobierno del presidente Moon Jae-in. Incluso muchos de los fieles, al igual que su polémico líder, han proclamado estos meses que las redes 5G son las responsables de la Covid-19.