Lo que de verdad enoja, o debería enojar, es el hecho de los que han sido implicados o son sospechosos de ejercer esta corrupción desde hace años son los encargados de redactar las normas y procedimientos por los cuales se evita dicha corrupción. ¿Pero de verdad somos tan inocentes como para creer que el zorro después de atacar las gallinas elaborará un buen plan de defensa del gallinero?
|
etiquetas: corrupción , anticorrupción , reforma