En un discurso en el Palacio de Malacañan, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, habría confesado que “mi único pecado son las ejecuciones extrajudiciales”. “¿Cuál es mi pecado? ¿Robo? ¿Enjuicié a alguien a quien encarcelé?”, habría explicado Duterte. Esta declaración, transmitida por la oficina presidencial, sería la primera de Duterte en la que reconoce “ejecuciones extrajudiciales” durante la campaña antinarcóticos que puso en marcha en 2016, al asumir el poder. Una campaña en la que han muerto más de 4.800 personas asesinadas
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