Juan Dual está vacío por dentro. Sin colon, sin recto, sin estómago, sin vesícula. Con un 3% de grasa corporal. Nunca tiene hambre. Se obliga a comer para no desfallecer. Ha estado a punto de morir en tres ocasiones. Y no para de correr. Primero, por asfalto. Enseguida, por montaña. Es una habitual de la ultradistancia. "Si estás encima de una ola, tú decides si te subes encima de la tabla o o te quedas quieto; yo elegí lo primero", afirma Dual.
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