Aunque la Casa Blanca anunció el retiro de sus tropas del norte de Siria en octubre, no tardó en afirmar que retendría cerca de 500 soldados para resguardar las instalaciones petroleras, no solo de los combatientes del Estado Islámico (EI) sino también del gobierno ruso y del régimen sirio. Trump no ha ocultado su propio interés en beneficiarse del petróleo que sus tropas están protegiendo. El gobierno sirio parece desesperado por acceder a los campos petroleros pues sin ellos necesita importar grandes cantidades de petróleo iraní.
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