Decenas de laboratorios activos e inactivos e instalaciones militares y de fabricación en todo el país que utilizan, almacenan o están contaminados con material radiactivo son cada vez más vulnerables a las condiciones climáticas extremas. Muchos también realizan investigaciones y manufacturas críticas en materia de energía y defensa que podrían verse interrumpidas o paralizadas por incendios, inundaciones y otros desastres. Está el Laboratorio Nacional de Los Álamos, de 40 millas cuadradas , en Nuevo México, donde en 2000 un incendio forestal
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