¿Qué le pasa a un hombre, que se dice feminista, que no se da cuenta de una encerrona tan obvia? ¿Qué le pasa a un político de ese nivel que no piensa en lo que puede generar una imagen como esa? Más allá de sus principios, se olvidó también de sus propios intereses. Ha tardado dos días en pronunciarse sobre el asunto y lo ha hecho en Facebook defendiendo algo indefendible: que Ursula y él decidieron –¿por telepatía?– que era mejor no hacer un escándalo. Sus justificaciones sobre lo feminista que es denotan que se ha visto obligado a hablar.
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