Los funcionarios de Tanzania se rascan la cabeza para explicar cómo gastaron 27 millones de euros que recaudaron de la Unión Europea como parte del fondo de solidaridad de la UE destinado a combatir la pandemia de Covid-19 en ese país. Se suponía que el dinero se usaría para comprar equipo de protección personal (EPIs), desarrollar vacunas o medicamentos, pagar las pruebas de Covid y otras medidas destinadas a mitigar la propagación del virus. Pero las autoridades de Tanzania no han publicado cifras oficiales sobre el alcance del brote allí.
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