El 21 de junio de 1993 un coche bomba de ETA en Madrid causó siete muertos y decenas de heridos, niños incluidos. Uno de los asesinados fue el teniente coronel Juan Romero Álvarez. Su hijo Pablo, hoy periodista, tenía diecisiete años. Fue el último familiar en verlo con vida y el último en enterarse de la tragedia. Ahora estrena un podcast de Cuonda en el que cuenta un viaje que empezó en 2013, cuando cayó en la cuenta de que el atentado estaba a apenas unos días de cumplir su vigésimo aniversario. O lo que es lo mismo: de prescribir.
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