Los cubanos están callados como muertos por miedo a la represión. Pero las tumbas que ocupan estos muertos vivientes son tumbas comunicantes. A través de las tumbas se lo cuentan todo; desde los chismes de las fotonovelas a las últimas noticias políticas o las posibilidades de conseguir algo en la lucha diaria para encontrar algo en la bolsa negra o donde carajo sea, por eso llevan siempre la jabita en la mano. Tienen su forma especial de secretear pero se enteran de todo. A veces le cuentan las cosas los santeros, los caracoles, las cartas...