Sobre este resort de lujo, que nació en 2005 como un refugio de paz para directivos y potentados, al noroeste de Cáceres, a 164 kilómetros de Madrid pende una orden de demolición del Tribunal Supremo, previa denuncia de Ecologistas en Acción alegando que el espacio está protegido. La sentencia se produjo seis años después de la construcción del complejo, que fue comercializado por Beltrán Gómez-Acebo, sobrino del rey emérito Juan Carlos y por Jaime López-Ibor Alcocer sobrino de Alberto Alcocer.
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