La importancia de desconfiar de las buenas y diplomáticas palabras de Gentiloni la conoce muy bien la exvicepresidenta económica, Elena Salgado. Juncker volvió a elogiar las medidas «valientes y significativas», con el matiz de que sería oportuno que tomara «medidas adicionales» para fortalecer su economía. La verdad le llegó al presidente Zapatero apenas once días más tarde. El propio Strauss-Khan fue a Moncloa y le dijo en privado que España debía solicitar el rescate de una línea preventiva del FMI y hacer más reformas.
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