El cierre del bar de uno de los terroristas que se inmolaron una semana antes de la masacre de París por vender estupefacientes lleva a Molenbeek y al Gobierno belga a crear un "juzgado especial" para identificar estos casos. "Me gusta que Molenbeek se parezca a Marrakech. Pero no quiero que sea Peshawar", subraya la alcaldesa Schepmans. Bruselas, donde el menudeo es frecuente y las desigualdades saltan a la vista, es la región más pobre de Bélgica.
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