Es el caso de Yumara Montoya, que cuenta a María cómo al salir de este suburbio "notas ciertas miradas que te hacen agachar la cabeza". Explica que cuando terminó sus estudios obligatorios se matriculó en el ciclo formativo de Atención a Personas en Situación de Dependencia, pero no pudo acabarlo porque las clases durante la pandemia eran online y en el barrio "no hubo ni un minuto de luz en seis meses"
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