Perder un hígado para un trasplante porque se encuentra en mal estado en el momento de la donación, o por haberse superado las 12 horas en las que usualmente se conservan, es una auténtica catástrofe para el paciente y los familiares que esperan angustiados ese órgano salvador. 12 horas es, hasta ahora, el plazo máximo aproximado para que el órgano pueda ser aprovechado. Se acaba de publicar en Nature Biotechnology. Según esta revista, un equipo francosuizo ha conseguido multiplicar el período de conservación de un hígado.
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