Los juguetes de madera y otros materiales naturales han existido desde siempre. Nuestros abuelos y abuelas ya tenían en su infancia muñecas de trapo, peonzas, coches y yo-yo’s de madera. En la actualidad, cuando elegimos un juguete para nuestros hijos nos dejamos llevar por colores, luces, músicas, etc. Pero a veces olvidamos que un juguete puede ser mucho más que un objeto de entretenimiento, y hay una pregunta que no solemos hacernos al elegir entre tanta variedad: “¿Qué beneficios quiero que ese juguete aporte a mi hijo?”
Comentarios
De pequeños íbamos a la carpintería a pillar los trozos que desechan para nuestras construcciones.
Las habilidades sicomotrices y sociales adquiridas con hacer bailar un trompo,unas chapas,unos trozos de madera,unas canicas o hacer volar un avión de papel nunca serán igualadas por una tablet.
#4 Ahh, las canicas, qué bien me lo pasaba con ellas. Y los circuitos de carreras de chapas, qué forma más barata de jugar. Un suelo con tierra y unas chapas de botellines
#8 Cuánta poesía (sin ñoñerias) desconocida en las"nuevas"generaciones...
#9 Me temo que si hubiésemos dispuesto de tecnología a la poesía le habrían dado por saco
#10 No me parece que sea exclusivo una cosa u otra.Tecnologia era la creación de una chapa,una canica,un aro,una guitarra o un ordenador.La poesía es un sentido de unificación con todas las cosas.Sin eso hay una pobreza bastante profunda.No lo digo en sentido crítico,ni mucho menos.
No entiendo los votos negativos a este aporte
Dos vídeos de Eugenio Monesma relacionados con la noticia.
¿La capacidad de producir lesiones cerebrales cuando te golpean con ellos en la cabeza?
#1 Un palo!!!!!!!!
Yo quiero un tente