"Son emociones negativas que se implantan en el cerebro y en la mente de las personas. La corrosión viene cuando éstas no son puntuales, sino que duran mucho tiempo, forman parte de la manera de vivir de los individuos, y por tanto, perjudican a la salud física y mental de los individuos. Pueden llegar a ser algo equivalente al estrés. Cuando se implantan en nuestro cerebro generan alteraciones en el sistema inmunológico, en el cardiovascular, y en el cerebro", señala el especialista.
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