A veces nuestra incoherencia en temas de alimentación llega a tales extremos que resulta simplemente absurda. Y, lamentablemente, ocurre con frecuencia incluso con nuestros seres más queridos, nuestros hijos. Les voy a poner un ejemplo: Mis hijas participan en actividades de deporte escolar, algo que es motivo de satisfacción para cualquier padre porque contribuye a su bienestar y salud. Pero al finalizar las competiciones (carreras de cross), estos son los "regalos" que ha ido recibiendo una de ellas (de 11-12 años de edad)
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