Publicado hace 6 minutos por Hombre_de_Estado a rarehistoricalphotos.com

En 1984, arqueólogos sospecharon por primera vez que bajo una depresión en forma de herradura en la parte oriental de la antigua ciudad griega de Magnesia podía haber un estadio perdido hacía mucho tiempo. Este antiguo asentamiento, ahora parte de la provincia de Aydın, en la región turca del Egeo, ya había producido importantes hallazgos históricos. Excavaciones a gran escala comenzaron en 2004. Revelaron restos bien conservados del estadio, mostrando la maravillosa arquitectura griega antigua que había permanecido enterrada durante milenios.

Comentarios

ur_quan_master

El estadio de Magnesia fue famoso en la antigüedad ya que se dice que a los gimnastas que competían en él nunca se les resbalaban las manos.

lonnegan

#3 lol lol

r

#3 y las abuelas siempre lo nombraban como estadio de Gimnasia

TipejoGuti

Pues sí, para conocer Grecia lo mejor sigue siendo visitar Turquía.

D

A mis 98 años, recuerdo con claridad mi relación con el estadio oculto de Manganesia. Era un lugar legendario, mencionado en susurros entre los ancianos del pueblo, un espacio donde la realidad y la fantasía se entrelazaban.
Un día, decidí aventurarme hacia su localización, guiado por mi fiel perro, un viejo labrador llamado Max. Su olfato siempre me había llevado a lugares insólitos, y esa vez no fue diferente. Caminamos por senderos poco transitados, atravesando bosques densos, hasta que llegamos a un claro iluminado por una luz tenue. Allí estaba el estadio, cubierto de enredaderas y flores que parecían brillar.
Mientras exploraba, conocí a un peculiar terraplanista llamado Ramón. Siempre había defendido sus creencias con pasión, y su presencia en aquel lugar no era casual. Me explicó que había venido en busca de pruebas sobre la forma de la Tierra, convencido de que el estadio oculto era un punto clave en su investigación.
Juntos, comenzamos a indagar. Max corría felizmente, olfateando cada rincón mientras Ramón y yo discutíamos sobre la naturaleza del universo. Nos encontramos con inscripciones antiguas que hablaban de leyendas sobre mundos paralelos y dimensiones ocultas. La combinación de nuestra curiosidad nos llevó a descubrir secretos que desafiaban la lógica.
Aquel día, el estadio no solo me ofreció una aventura, sino también una conexión con mi perro y un nuevo amigo en Ramón. Las risas y debates resonaban en el aire mientras el sol comenzaba a ponerse, convirtiendo el paisaje en un espectáculo de luces y sombras.
Hoy, mientras recuerdo esos momentos, siento que el estadio oculto de Manganesia es más que un lugar; es un símbolo de la búsqueda interminable de respuestas y la belleza de las conexiones humanas. Max sigue siendo parte de mi vida, aunque sus patas ya no son tan ágiles, y Ramón sigue defendiendo sus teorías, pero lo que realmente importa son las historias que compartimos.

cfsr86

#2 a mí me pasó lo mismo pero con un gato y un neoliberal, ya ves a mis 96 años y vidas casi paralelas...