El sueño húmedo de la industria musical, donde no hay sindicatos con la fuerza equivalente a la UAA, era que la contratación mercantil siguiera siendo la única opción en la música en directo, pero al igual que en el caso de los repartidores o conductores de VTC, las cosas no han salido bien para la patronal. Ahora la ley deja claro que hay que contratar laboralmente y que ese personal antes eran falsas/os autónomos.
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