Desde que René Descartes pronunciara su famoso ‘Pienso, luego existo’, que significó el comienzo de una nueva era científica y filosófica, París decidió coger el testigo que antaño portaron Atenas y Roma, como capital del mundo y referente de la civilización. En el Año Internacional de la Luz, la Ciudad Luz cobra un renovado protagonismo, a la espera de un nuevo destello suyo que ilumine nuestro futuro.
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