Que los acuerdos alcanzados entre los vencedores de la Segunda Guerra Mundial no iban a pasar de una mera declaración de intenciones entre dos bloques irreconciliables quedó claro en cuanto Iósif Stalin aceptó sin más en la Conferencia de Yalta de 1945 que los países liberados por la Unión Soviética celebrarían elecciones democráticas. La mejor manera de entender el presente es conocer nuestro pasado. Recibe cada semana la newsletter “Historia y vida” directamente en tu mail
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