Después de varios intentos infructuosos en 1994 y 2006, parece que en esta ocasión el Gobierno de Anqing ha puesto todos los medios a su alcance para poner fin a los entierros. Entre las reglas en vigor desde el 1 de junio, se incluyen sanciones para los familiares que no procedan a la incineración de los fallecidos, se especifica que los miembros del Partido Comunista también están incluidos y se prohíbe la manufactura y venta de ataúdes en las zonas de cremación.
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