Para poder funcionar, cada célula cuenta en su interior con material genético, en el cual se encuentra toda la información que necesita para saber qué es lo que tiene que hacer, cómo hacerlo y en qué momento, y, por ello, el organismo se mantiene o actúa de cierta forma. Así, podríamos decir que es el manual de instrucciones que tienen para vivir. El ser humano no podía haberse emocionado más ante la existencia de este manual, pues desde siempre nos ha encantado jugar a ser Dios.
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