Siempre hubo indicadores bizarros para predecir el rumbo de esa sucia palabra de ocho letras, economía.]...[la vocación profética de los economistas es la historia de un desastre. "En pocos meses la Bolsa estará aún más arriba", pronosticó uno de los grandes, Irving Fisher, dos semanas antes del martes negro que fraguó la Gran Depresión.
"En 1973, el economista más influyente (para mal) de los últimos 50 años, Milton Friedman, vaticinó que la crisis del petróleo sería corta, que se rompería la OPEP y que los precios se desplomarían: un lince, el tío. En fin, la economía (y puede que el periodismo) es una gran ciencia forense, capaz de buscar explicaciones para los fenómenos que se han producido, capaz de averiguar de qué ha muerto el enfermo. Otra cosa es curarlo."
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"En 1973, el economista más influyente (para mal) de los últimos 50 años, Milton Friedman, vaticinó que la crisis del petróleo sería corta, que se rompería la OPEP y que los precios se desplomarían: un lince, el tío. En fin, la economía (y puede que el periodismo) es una gran ciencia forense, capaz de buscar explicaciones para los fenómenos que se han producido, capaz de averiguar de qué ha muerto el enfermo. Otra cosa es curarlo."
Lo único que pueden predecir los economistas, con total certeza, es lo que piensan decir mientras lo están diciendo.
La mejor definición de economista que he escuchado:
Un economista es alguien que te dice lo que le va a ocurrir a la economía en los próximos años y es capaz de explicarte después porqué no ocurrió