Hace 13 años | Por baytico a gara.net
Publicado hace 13 años por baytico a gara.net

Entrevista a Francisco Etxeberria, médico forense que ha dirigido la exhumación de 225 fosas de la Guerra del 36, además cuenta su experiencia como forense en el caso de Lasa y Zabala y en la muerte de Victor Jara.

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baytico

¿Cómo mataron a Víctor Jara?

Creo con toda certeza que le dan un disparo en la parte posterior de la cabeza, le matan directamente, después de haberle maltratado, seguramente, porque de esto hay algunos testigos en la propia instalación deportiva. Jara había sido detenido en la universidad, donde era profesor, y lo llevan a la instalación deportiva. En cuanto lo identifican, lo separan y lo llevan a los vestuarios, donde se interrogaba y se torturaba a la gente. Los vestuarios están muy cercanos a la pista, a la cancha, donde había otros detenidos. Y había varios espacios, unos más grandes y otros más pequeños, que eran para los árbitros. En uno de esos pequeños es donde estuvo Víctor Jara y, por lo que se sabe por uno de los testigos, contra la pared en un ángulo. Estando en esa posición, en alguno de los momentos, con independencia del mal trato que hubiera recibido, le dan un disparo en la cabeza en la parte posterior, cae desplomado al suelo y luego, en otro escenario, lo ametrallan –tenía más de cincuenta huesos rotos–; de hecho nosotros encontramos algunos proyectiles también en los restos del cadáver, que su mujer tuvo que enterrar casi a escondidas y sola en aquel momento.

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Entrevista muy pero que muy recomendable de leer, sobre todo la parte de Lasa y Zabala y la de Victor Jara.

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Cuando llegué a Alicante -con bastantes dudas porque me parecía muy lejano: será un error, será otra cosa-, me di cuenta de que eran ellos por la coincidencia de los pocos datos que existían pero que eran suficientes: varones, jóvenes, con pelo negro, una estatura, los dientes de una determinada manera, etc... El margen de error casi se reducía a cero. En una impresión del primer momento, dije «esta vez sí son».
¿Encontró algún tipo de dificultad entonces?
Desde la Audiencia Nacional me exigieron que lo pusiera por escrito, aunque no estaba previsto. Estuve dos días sin dormir haciendo el informe. Trabajé con el policía que luego murió de infarto en el propio juicio, Jesús García -ése sí que tuvo que pasarlas de a kilo-; por cierto, un profesional serio, que hablaba de democracia.
De todos modos, para mí también fueron momentos de tensión; yo había grabado en vídeo y había hecho fotografías en previsión de que todo aquello fuera una trampa que nos estaban poniendo o de que nos hicieran algún cambio con las evidencias... Tuve tensión hasta el punto de que en una de las conclusiones del informe que redacté decía que, con mi nivel de análisis yo digo que son Lasa y Zabala, pero que se debían hacer más análisis y más estudios. Y hasta que no se dieron los resultados contundentes del ADN que se hicieron en el Instituto Nacional de Toxicología en Madrid, estuve intranquilo, hasta el extremo de decir «si llego a equivocarme en esto, estoy perdido para siempre, me tendré que ir a vivir a otra parte...»