Como Chema, otros doce millones y medio de personas se encuentran en riesgo de exclusión en nuestro país. Algo que se percibe en su nuevo hogar: la ciudad. "Los albergues están repletos, y los comedores sociales. Las familias ocupan pisos vacíos, Cáritas y el Banco de Alimentos están sobrepasados... Antes, te encontrabas a gente que normalmente está en la calle, ahora ves hasta a familias con niños de 12 ó 13 años que se meten en los soportales", indica, citando "los bajos de Azca" como el lugar más concurrido.
Comentarios
Ojalá todo Madrid viera tus maletas. Porque aún quedan muchos "aguirres" y "gallardones" que tienen la conciencia muy tranquila.
Cuando leemos sobre los desahuciados, no nos damos cuenta que son personas que han pasado a la pobreza, P O B R E Z A, esa que nos da tanta pena cuando lo vemos en regiones tan lejana, en continentes diferentes. Debemos asumir que nuestro país está dejando de ser del primer mundo y está pasando a ser no del tercer mundo (no alarmemos), sino en un país de muy ricos y demasiados pobres
Y que los banqueros y políticos culpables de ésto se lo estén llevando crudo...
Es terrible que una historia tan desgarrada se convierta en una más, y que hasta nos resulte habitual verlo en las calles con tanta frecuencia, sin que exista una institución para que los más pobres dejen de serlo, y que si en el plano oficial no existe, que sea de naturaleza pública, pero que exista, que sea efectiva y que suponga una esperanza para quienes están en esa situación.
Creo que es urgente, necesario e inteligente que se cree, e incluso egoísta, porque ese sector tan desfavorecido crece y crece, y va camino de incorporarnos a todos.