El roble regalado por Adolf Hitler en 1942 a la ciudad polaca de Jaslo podría terminar sus días como parte de una sinagoga en Canadá, después de que el ayuntamiento de la localidad haya decidido talar este molesto obsequio, según recogió hoy la radio pública de Polonia. La comunidad judía de Toronto (Canadá) cree que la madera de ese árbol de diez metros de altura puede jugar un papel simbólico en la edificación de una sinagoga.
Comentarios
Que culpa tendrá el árbol...
#4 algo así pensé yo cuando leí la noticia
¿Y para meterle fuego? Si no fuera un ser vivo...
¡Zas! En todo el nazismo
se enloquecieron??
Pues yo quiero la piedra lunar de Franco para hacerme una pulsera..
#2 la culpa no es de las cosas (ser vivo y árbol en este caso) sino del significado que les damos.
Ahora meten a la naturaleza en esto!
A lo mejor es para hacer la tarima.