La desaparición definitiva de las películas Polaroid cierra una página en la historia de la fotografía. El ritual era sencillo: se apuntaba al objetivo, se disparaba apretando al botón y la película, acompañada por una ruidosa arcada, salía como una lengua negra de las tripas de la cámara. Luego, llegaban los 60 segundos de espera, que a veces resultaban eternos, en los que parecía brotar de la nada la imagen que había captado la Polaroid. Un momento que también se perderá en el tiempo.
Comentarios
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chron.comBuen reportaje
#2 Más que una cámara de fotos era un juguete, y en ese sentido sí que tenía su encanto.
a 1 €/foto, nostalgia ninguna, lo siento.