Después de que la semana pasada, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, clamara por instaurar una "economía de guerra" en Europa, que lanzara al viejo continente a una carrera de armamento para seguir apoyando militarmente a Ucrania, este lunes el político holandés se ha visto obligado a reconocer el aprieto real en que se encuentra Kiev y para el que no valen arengas vacías ni golpes de pecho militaristas. "La situación en los campos de batalla en Ucrania sigue siendo difícil y Rusia está haciendo avances, aunque sean avances graduales