En 1993, Estados Unidos comenzó a operar en Alaska una estación de radar llamada HAARP. La peculiar instalación se convirtió en el centro de decenas de teorías conspiranoicas. Ahora China ha anunciado la construcción de su propia versión de HAARP y de repente en Estados Unidos se han puesto muy nerviosos. El nuevo HAARP Chino no puede controlar el clima, pero a buen seguro va a caldear el clima geopolítico de la zona. [South China Morning Post vía Popular Science]
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