#1 Es algo que ha variado con el tiempo. Al principio, no tenía ni vacaciones ni fines de semana si entraba trabajo, así que aprovechaba para descansar cuando no tenía nada entre manos.

Poco a poco, he ido racionalizando horarios y ahora no trabajo en fines de semana (excepto situaciones urgentes). Creo que tengo más vacaciones que un asalariado, pero más dispersas (no me puedo ir un mes entero, así que lo que hago es coger más días sueltos, fines de semana largos, viaductos en vez de puentes y cosas por el estilo).

#3 Al principio, trabajaba lo que podía. Si había curro, he llegado a estar 14 horas. Si no había, pues a dar un paseito, porque no tenía que hacer. Sobre el tema de la competencia desleal, lo entendería si fuera un empleado que hace horas extra, pero un autónomo es un híbrido raro entre trabajador y empresa.
En los últimos años, la cosa ha ido mejorando y he conseguido bajar hasta las 30 semanales de media (productivas, sin contar temas administrativos como facturación).
Respecto a la SS, es un tema complicado. Creo que deberíamos tener un modelo como el de Reino Unido: un mínimo más una parte variable en función de los ingresos. Eso tiene ventajas como que facilitas a la gente que factura 200-300 euros al mes por trabajillos que tire (y los sacas de la economía sumergida), pero es verdad que fastidia a los que ya están establecidos, ya que pagarían más al tener mayores ingresos. No hay un sistema que sea bueno para todo. Lo que sí estoy a favor es de la proporcionalidad. Un autónomo no puede pagar más impuestos que una gran corporación.
No soy SLU porque no es rentable si no llegas a ciertos niveles de ingresos. Lo he calculado varias veces con mi asesor y, si no ingresas un mínimo de 50 mil al año, la SLU te da más quebraderos que otra cosa (al menos para mí, que soy autónomo individual sin trabajadores).

#4 No tantos como te puedes imaginar. He tenido problemas, del mismo modo cuando los asalariados ven que su trabajo peligra o que les dejan una nómina a deber, pero en general creo que vivo más feliz siendo dueño de mi tiempo que vendiéndoselo a una empresa.

#7 Los que he leído son específicos para mi trabajo (soy traductor). Sí te digo que el recurso más útil en mi caso han sido los blogs de otros profesionales y empresas similares. Te ayuda a tener una visión general formada por distintos puntos de vista y opiniones, lo que resulta muy útil a la hora de tomar decisiones (sobre todo, porque te das cuenta de que no hay acciones correctas/incorrectas, sino que todo depende de las circunstancias).

En cualquier caso, como recurso de partida general, te recomiendo Infoautónomos.

#9 Inglés a español (solo en esa combinación). Es bastante común, pero también hay mucho volumen, así que una cosa compensa a la otra.

#10 Sí. Ahora mismo, no me lo planteo por varios motivos. Por un lado, el volumen de trabajo que tengo es muy irregular (hay semanas que echo horas como un loco y otras que estoy mirando las musarañas). Por otro, mi objetivo siendo autónomo es vivir cada vez mejor. Eso no implica ganar más dinero, sino tener más tiempo libre. Si puedo trabajar una cantidad razonable y ganar lo suficiente para vivir y algún capricho, prefiero eso a tener más trabajo, ganar más dinero, pero tener peor calidad de vida.

Si tuviera un trabajador, podría asumir más volumen, pero tendría más responsabilidad, más marrones... y más dinero, pero no me serviría de nada, porque igual no podría cogerme con tanta facilidad un día libre o las vacaciones cuando yo quisiera. Eso sin mencionar cuestiones como dormir mal por no saber si un mes le puedes pagar la nómina a tu trabajador, que te salga rana, etc.

Probablemente, a largo plazo, si montara una empresa viviría mejor, pero ahora mismo es una inversión y un esfuerzo que no veo claro que me compensen.

#15 tenía un cliente previo, pero todos los clientes me los he buscado a base de ser pesado y enviar muchos correos electrónicos.

#19 Con cebolla .

Es coña. iOS. No cambio el iPhone por nada.

#20 1) No darse de alta hasta que sea necesario. No defiendo que la gente trabaje en negro, pero lo cierto es que, en el momento que te das de alta, comienza a contar el plazo para una serie de bonificaciones como los 50 €, la cuota reducida, etc. Postergar este momento mediante todos los métodos posibles es lo mejor para evitar incurrir en gastos que se hacen muy cuesta arriba al principio.
2) Reducir al mínimo todos los gastos. Si puedes trabajar desde casa en lugar de en una oficina, curra en casa. Si puedes tirar un poco más con tu ordenador en lugar de comprar uno nuevo, tira. Cualquier gasto que no sea una inversión no debería tenerse en cuenta.

#24 Respecto a ayudas o subvenciones, me temo que no. Algunas las he perdido por desconocimiento, otras por el mal diseño de las convocatorias de las ayudas y otras porque los requisitos eran o muy específicos o tan genéricos que la administración tenía manga ancha para rechazarlas. El único beneficio al que sí he podido acogerme es a la reducción durante los primeros 18 meses de la cuota de la Seguridad Social.

En lo relativo a trabas, depende de cómo lo mires. En el tema de los trámites habituales (liquidaciones trimestrales y anuales de IRPF e IVA, declaraciones informativas, cuotas de SS), no hay grandes obstáculos. Mientras pagues lo que debes y no te pases con el tema de los gastos deducibles, Hacienda te deja tranquilo. En alguna ocasión, he recibido algún requerimiento de información o notificación por fallos en la presentación, pero son temas que siempre se han resuelto con facilidad.

Lo que sí es problemático es el momento en el que te sales de lo habitual. Por ejemplo, durante un tiempo, quise ofrecer servicios de formación. En ese sentido, la normativa es poco clara y tan ambigua que no queda claro cuál es la forma legal de hacer las cosas. Esto se puede aplicar a cualquier actividad con un enfoque nuevo, lo que genera mucha inseguridad jurídica (y no ayuda precisamente a dormir bien por las noches). En este sentido, la normativa y el sistema están orientados a grandes empresas. Las pequeñas SL y los autónomos estamos bastante indefensos en general.

#26 Durante bastante tiempo, trabajé en casa y me afectó bastante en términos de bienestar mental. Por eso, desde hace un par de años, trabajo en una oficina compartida y no lo cambio por nada del mundo. Tengo lo bueno de tener compañeros de trabajo sin los inconvenientes de tener que soportar a gente a la que no tragas o a un jefe petardo. Es un entorno flexible, muy motivador y, en general, estoy muy contento con esta opción.

Respecto a lugar ideal, llevo una temporada pensando en coger vacaciones de una forma un poco diferente. Por ejemplo, marcharme tres meses a Islandia (o a cualquier otro sitio que me interese), trabajar allí para seguir contando con ingresos y, al mismo tiempo, aprovechar para hacer turismo y conocer la cultura y la forma de vida del lugar de verdad. Puede que así no desconectes del todo, pero es una forma de inmersión cultural que creo que es más interesante, ya que te permite hacer amigos y ver cómo van las cosas más allá de los monumentos y las turistadas.

#34 Viendo como están las cosas, vete a saber si llegamos a viejos (y si lo hacemos, si cobraremos pensión ).

Coñas aparte, ahora mismo no es algo que me preocupe demasiado. Tengo mi colchón para imprevistos y procuro alimentarlo siempre que puedo. Respecto a los planes de pensiones, estoy totalmente en contra de ellos. Por un lado, creo que son una forma de socavar las pensiones públicas a costa del beneficio de unos pocos. Por otro, la rentabilidad de estos es penosa y, si haces cuentas, en la mayoría de los casos son unos instrumentos de inversión horribles. Ten en cuenta que todo lo que no pagas vía IRPF durante la vida del plan tienes que abonarlo en el momento en el que te jubilas. Entre eso y la baja rentabilidad, casi siempre palmas dinero.

Personalmente, prefiero mover mis ahorros y meterlos en inversiones con riesgo máximo y la máxima rentabilidad posible. Por ejemplo, una cuenta de ING te da un 2 % durante tres meses y la posibilidad de perder el dinero es casi nula, ya que los depósitos están garantizados. Si vas moviendo el dinero a lo largo del año cada tres o cuatro meses, puedes ir acogiéndote a las promociones de los diferentes bancos. Para que te hagas una idea, el año pasado conseguí una rentabilidad en torno al 3 % y este año va por el 2,5 % (teniendo en cuenta que tenemos deflación, no está nada mal). Eso sí, hay que mover dinero varias veces al año, pero a mí personalmente no me cuesta demasiado (con páginas como iahorro o tucapital, es bastante fácil comparar ofertas).

En el futuro, si sigo como autónomo, veré lo que hago cuando llegue la edad límite para cambiar la base de cotización como autónomo, aunque creo que, en general, no compensa hacer esto y, en lugar de darle el dinero al estado, creo que es mejor que lo ahorres y lo muevas lo mejor que puedas. Ten en cuenta que, al final, hay una pensión mínima que vas a pillar sí o sí. A partir de ahí, la idea es complementarla al máximo.

#37 El sector de la traducción tiene un mercado muy amplio: hay empresas que pagan mal, otras decentemente y otras muy bien. Todo depende de idioma, especialización y lo que te menees.
Sobre agencias, hay de todo. Algunas pagan mal y otras pagan muy bien. De nuevo, es cuestión de buscar e insistir hasta conseguir un hueco.
En mi caso, comencé a trabajar a tiempo parcial durante la carrera como autónomo. Después, me hice in-house y luego volví de nuevo a la traducción como freelance (y sigo aquí). Me he dedicado a muchos sectores (entre ellos, la biomédica) y ahora hago más IT y marketing que otra cosa. No considero que esté especializado en nada, sino más bien tengo claro lo que no se me da bien (por ejemplo, en mi caso, no acepto nunca legal).