Los precios y el Euríbor están bajando y existen cientos de miles de viviendas nuevas pendientes de vender, pero no se venden, y su salida a medio plazo no parece fácil. La demanda sigue a la espera de que los precios bajen mucho más, a lo que se une falta de confianza ante la crítica situación económica. Si una pareja decidiera comprar vivienda por un precio máximo de 300.000 euros no lo tendría fácil; primero tendría que tener 80.000 euros ahorrados y conseguir una hipoteca, pero después tendría que encontrar casa.
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